Nimglossuir, Quendendil ❅

Edad: 31 años.
Sin embargo, se ve de 19 años gracias a la sangre de los dúnedain que corre por sus venas.

Estatura: 1.68 m.
Es bastante pequeña para ser una mujer de Gondor.

Raza: Dúnadan.

Lugar de origen: Minas Tirith.

Clase: Lore-master.
Es bibliotecaria en los archivos de la «Ciudad Blanca».
Desde hace algunos años se ha dedicado a viajar por el mundo para recopilar conocimientos, información e historias que le permitan complementar y actualizar los datos contenidos en los gigantescos salones que ella ama. En su opinión, el arte de la investigación ha caído en el olvido a causa la desidia de los hombres; alguien tenía que tratar de rescatarlo.


Habilidades:
● Su habilidad principal es la inteligencia y la cultura.

● Tiene grandes conocimientos de medicina y hierbas para casi cualquier situación. Lleva consigo una pequeña selección plantas y brebajes.

● Su hermano le enseño a usar la espada, aunque no es muy buena en ese arte y sólo le sirve para emergencias. En situaciones de peligro, Nim siempre dice que lo mejor es usar la astucia.

● Es excelente cocinera y posee la habilidad de hacer un buen guiso con casi cualquier ingrediente.


Personalidad:
Nimglossuir es una mujer algo despreocupada, de hecho, a veces pareciera que no se entera de nada; aunque esto no es así realmente. A menudo actúa como si estuviera sola, en parte porque está acostumbrada a estarlo. Esta singularidad de su carácter suele ser confundida con distracción.

Constantemente habla para sí misma, canturrea y sigue sus propias divagaciones. En general, se sorprende con mucha facilidad por cosas sencillas. Es una mujer educada, de trato ágil y entretenido, siempre tiene algo ingenioso que comentar; aunque tiende a poner ejemplos usando anécdotas que nadie conoce.

Sin embargo, hay que decir que Nim es una joven noble, astuta y extremadamente culta, que siempre ha sabido sortear los obstáculos del camino. Pero tiene muy claro que la vida es breve, y prefiere ser tan feliz como le sea posible. Siempre se toma las cosas de buena manera, tratando de obtener lo positivo en cada situación.

Es una chica muy curiosa que desea satisfacer hasta la más mínima de sus dudas acerca de cualquier tema. También es sumamente leal cuando alguien se gana su simpatía. Adora hacer que la gente sonría, estar cerca de la naturaleza y cuidar a todos los seres vivos, casi tanto como disfruta de cocinar y escribir notas acerca de todo lo que ve en el camino.


Datos extra:
● Es de las pocas personas mortales que aún puede leer las lenguas antiguas del mundo y estudiar los pergaminos olvidados.

● Posee un aura de paz y tranquilidad muy particular. Esto genera que muchos animales se sientan cómodos con ella y tiendan a seguirla.

● Suele recolectar plantas y vegetales endémicos de cada región, no sólo para documentar su existencia sino porque realiza distintos experimentos de sus usos medicinales.

● Siempre lleva consigo un cuaderno de notas. El actual fue un obsequio de Prisca Boffin, una amable hobbit que vive en Buckland rodeada de todos sus hijos. Ellos la alojaron hace algunos inviernos y, desde entonces, cada vez que Nim pasa por la zona va a saludarlos y les lleva un regalo.

● El caballo de Nim se llama Eldaher.




Nimglossuir nació en el núcleo de una familia cuyo servicio al Senescal de Gondor se remonta a incontables generaciones en el pasado. Una tradición dignamente honrada por su hermano, Thorald, que se convirtió en un Ranger de Ithilien bajo las órdenes del Capitán Faramir. No obstante, el camino de Nimglossuir era muy distinto al de todos los miembros de su hogar. Hubo grandes esfuerzos por parte de su madre para incluirla en la senda artística que ella misma practicaba; el nombre de Nimthaniel siempre era precedido por su gran reputación como pintora. La noble dama había creado numerosas obras, capaces de deleitar a nobles y plebeyos por igual. Era de suponer que la artista especulara que su hija podría sucederle en la labor. Sin embargo, no fue así.

Las anécdotas infantiles que rodearon a la joven Nim, siempre estuvieron relacionadas con sus constantes escapes e infiltraciones a los archivos de la ciudad. Fue expulsada muchas veces por los estudiosos que, tras darle un regaño, decidían llevarla personalmente hasta su casa. Si bien, aquello sólo servía para retrasar «sus investigaciones» un día más, pues era seguro que a la mañana siguiente volverían a descubrirla leyendo escondida bajo una mesa.

Está de más decir que en cuanto tuvo la edad suficiente su profesión ya estaba decidida, y fue sumamente feliz de poderla ejercer con permiso. En aquella época, pasó mucho tiempo sumida en la oscuridad de las salas reservadas para los eruditos, leyendo volúmenes olvidados y atendiendo absorta a las lecciones de los más ancianos.

No obstante, la sensación de que aquellos apreciados pergaminos, escritos hacía cientos de años, podrían estar equivocados o incompletos, comenzaba a atormentarla. Fue así como decidió emprender un viaje que no garantizaba su retorno, pero que, de hacerlo, le daría la incomparable satisfacción de contribuir a su amada ciudad.

Recorrer Gondor, con tantos orcos vagando por el mundo, le brindó gran experiencia para evitar el peligro. ¡Y había valido la pena! Incluso en su propio reino halló cosas hermosas que ver y aprender. Aunque una de las rarezas más inesperadas fue el encuentro con los elfos Avorrim. La castaña pasó mucho tiempo con ellos antes de que, haciendo acopio de fuerza de voluntad, se decidiera a partir. No sin antes ser nombrada por sus anfitriones «Niglossuir, Quendendil», «Amiga de los elfos».

Años después, un encuentro fortuito le daría un cause distinto a su propósito. Nimglossuir no lo dudó por mucho tiempo tras recibir la propuesta: se uniría a los «Silithrim». ¡Por fin, había hallado iguales que deseaban el bienestar del mundo tanto como ella!